Creando mundos desde la imagen

Lynda Cruz

Creando mundos desde la imagen

Lynda Cruz

Lynda Cruz es una artista visual multidisciplinaria cuya práctica se sitúa en la intersección entre la pintura, la escultura, la danza y las artes escénicas. Hija del pintor Héctor Cruz García, creció inmersa en un ambiente artístico que nutrió su sensibilidad desde la infancia, acompañando a su padre en viajes de pintura al natural y experimentando libremente con materiales plásticos.

Formada en La Esmeralda, donde se especializó en escultura, Lynda ha desarrollado un lenguaje visual único que trasciende las categorías tradicionales del arte. Su trabajo se caracteriza por la creación de imágenes en vivo que dialogan con el movimiento, la palabra y la emoción escénica, construyendo lo que ella denomina “poesía interdisciplinaria”.

Ha colaborado extensamente con su hermana, la coreógrafa Vivian Cruz, en obras como Orangina, Azul, Loop – Espejos del Tiempo y Entre Sueños y Recuerdos (2025). Durante la pandemia de 2020, participó en el desarrollo del innovador sistema “Teatro de Creación Remota en Vivo”, que permitió continuar creando obras escénicas desde el confinamiento.

Paralelamente a su práctica artística, Lynda mantiene una activa labor docente, impartiendo talleres de pintura y escultura para niños y adultos, donde privilegia la expresión personal y la libertad creativa sobre la imposición de estilos o técnicas rígidas.

Escena contemporánea

Teatro de Creación Remota en Vivo (2020) Lynda adaptó su práctica visual al entorno habitual, experimentando con nuevas libertades creativas. Construyó una segunda caja de luz para trabajar simultáneamente con tintas, arena, recortes de papel y alambres preformados. Creó “pequeños mundos” utilizando elementos cotidianos: fuentes, árboles, carritos y personajes de estambre, construyendo narrativas visuales efímeras que cambiaban en cada función.

Innovación Tecnológica

El sistema “Teatro de Creación Remota en Vivo” permitió crear obras escénicas cohesionadas desde hogares dispersos, manteniendo la creación colectiva durante el confinamiento global mediante transmisión en tiempo real.

Libertad Creativa

Trabajar desde casa liberó a Lynda de las restricciones teatrales: podía experimentar con tintas, arena, agua y fuego sin cuidar el espacio, construyendo dos cajas de luz simultáneas para distintos efectos visuales.

Mundos Efímeros

Creó “pequeños mundos” con elementos cotidianos: fuentes, árboles de alambre, carritos, personajes de estambre. Cada función era única, los paisajes cambiaban, las historias se transformaban, nada se repetía exactamente igual.

Arte como Resistencia

Para el equipo artístico, crear durante la pandemia fue “un regalo único de vida”: un respiro que demostró que el arte construye mundos alternativos y mantiene la esperanza frente a la angustia global.

La Escena y la Pintura: Intersecciones vivas

El trabajo de Lynda Cruz representa una contribución significativa a la escena contemporánea al disolver las fronteras entre la pintura y las artes escénicas. Su práctica desafía la noción tradicional del arte plástico como objeto estático, transformándolo en un lenguaje vivo que responde en tiempo real al movimiento, la palabra y la emoción.

Su innovación radica en convertir el acto de pintar en performance, donde la creación visual es tan efímera y única como la danza misma, desapareciendo al terminar cada función para renacer distinta en la siguiente.

Loop Espejos del Tiempo

Esta obra marcó un punto de inflexión en la práctica de Lynda al introducir el trabajo con sombras y la integración de elementos construyéndose simultáneamente con la acción escénica. Desarrolló una caja de luz que le permitía transmitir y proyectar sus dibujos como extensiones visuales de los movimientos de los artistas. El proceso creativo comenzó con la elaboración de un libro colectivo donde ilustró retratos, poesías y reflexiones de cada intérprete, creando un archivo visual del proceso. Durante las funciones, estableció un diálogo pictórico improvisado con la bailarina Kesia, donde los trazos respondían al movimiento en una comunicación interdisciplinaria sin determinar quién proponía primero. Otro segmento involucraba la construcción rápida de paisajes basados en historias narradas por los actores: desiertos, lunas, lluvias, personas caminando. Cada función era diferente, y aunque no siempre lograba expresar exactamente la narrativa propuesta, captaba la esencia emocional del momento.

Orangina

Uno de los primeros trabajos multidisciplinarios de Lynda Cruz, donde exploró la creación de escenografías y mundos visuales mediante animación. El desafío consistía en desarrollar un lenguaje infantil con colores vivos y dibujos simples capaces de transmitir complejidad emocional. Lynda creó secuencias animadas que construían universos completos: montañas, océanos, precipicios, amaneceres y fondos marinos. Trabajando con líneas y formas básicas, descubrió que la síntesis visual requiere mayor complejidad conceptual que la representación realista. Colaboró con Héctor en la expansión y multiplicación de sus imágenes en diferentes planos, creando mundos fantásticos que demostraron cómo las pinceladas y formas pueden transmitir espacios inexistentes y emocionar al espectador infantil.

Entre Sueños y Recuerdos: Un Viaje por Paisajes de Agua y Viento (2025

Presentada en el Pabellón Escénico en julio de 2025, esta obra representa la exploración más reciente de Lynda con herramientas digitales. Por primera vez utilizó un iPad con el programa Procreate como lienzo, reemplazando su tradicional caja de luz. La pieza fue creada colectivamente: los actores y bailarines abrieron sus vidas, interiores y pensamientos para construir cuadros escénicos, y Lynda les dio forma visual en tiempo real. La palabra detonaba el movimiento, el movimiento generaba interpretaciones pictóricas, y estas se transformaban en “poesía interdisciplinaria”. Trabajando en equipo con su hermano Héctor, quien maneja la multimedia, las imágenes que Lynda creaba eran expandidas, amplificadas y modificadas digitalmente, ganando brillo, definición e impacto visual. La obra exploraba paisajes emocionales: si hablaban de un recuerdo de la abuela en un jardín, Lynda construía composiciones con árboles; si mencionaban un amanecer, interpretaba rápidamente cielos y nubes, creando atmósferas que respondían a las improvisaciones de los intérpretes.

Azul

En esta obra, Lynda evolucionó desde la animación pregrabada hacia la construcción de objetos escénicos y la resolución visual en vivo. Su participación abarcó dos dimensiones: crear utilería con la que los intérpretes pudieran construir historias, y materializar las ideas de la directora para generar atmósferas, pantallas, emociones y ambientes. Trabajó con pequeñas imágenes en movimiento, como mariposas flotantes que resonaban con el sonido y la música, creando lo que ella describe como “pequeñas escenas emocionales de la vida”. Las obras de su hermana Vivian tienen, según Lynda, “mucho que ver con los sueños”, y los cuadros que se forman son fragmentos oníricos. En Azul, Lynda comenzó a integrar imágenes pregrabadas que formaban parte de las escenas, explorando la relación entre lo visual fijo y el movimiento efímero del cuerpo.

Mundos Efímeros

Creó “pequeños mundos” con elementos cotidianos: fuentes, árboles de alambre, carritos, personajes de estambre. Cada función era única, los paisajes cambiaban, las historias se transformaban, nada se repetía exactamente igual.

Descubre sus Talleres

Espacios de libertad creativa donde cada persona descubre su propia voz artística, desde la exploración lúdica hasta la expresión personal auténtica y consciente.